La república cafetalera

  1. Introducción
  2. Inicio del café en El Salvador
  3. Presidente Zaldívar y la Reforma del Estado Salvadoreño
  4. Caciquismo Cafetalero   
  5. La caficultora en la época contemporánea
  6. Desarrollo de los pueblos por el cultivo del café
  7. Conclusión
  8. Aprendizajes
  9. Bibliografía
  10. Anexos

 

INTRODUCCIÓN


La República Cafetalera de El Salvador, se remonta a la época de la Colonia, en la cual se iniciaba el cultivo del café. Para ello los gobiernos incentivaban con exonerar a los que sembraran y produjeran el “Grano de Oro”.

En El Salvador fue en el año de 1840 que inició el cultivo del café, aunque otros señalan que fue en el año de 1846 a iniciativa del Presidente Eugenio Aguilar.

El cultivo del café a El Salvador no fue por casualidad. El añil mostraba signos de agotamiento en sus exportaciones, el aparecimiento de productos químicos, los europeos compraban añil de Asia, etc. Son algunas de las causas por las cuales se dio origen al cultivo del nuevo producto agrícola de exportación.

En este reporte se destaca el inicio del cultivo del café, abordado en el Capítulo Primero. Las reformas al Estado Salvadoreño, generadas por el Presidente Dr. Rafael Zaldívar, el cual es analizado en el Segundo Capítulo. El Tercero versa sobre Caciquismo Cafetalero. La caficultura salvadoreña en la época contemporánea es explicada en el Cuarto Capítulo. Por último, se desarrolla el Capítulo Quinto con la temática del desarrollo de los pueblos por el cultivo del café.

 

CAPÍTULO I


INICIO DEL CULTIVO DEL CAFÉ  EN EL SALVADOR


Según fuentes consultadas, el café se introdujo a El Salvador en la época de la Colonia, a tal grado que se reconoce que en el año de 1740 llegó a este país desde las islas del Caribe.

Se dice que el cultivo del café en Centroamérica fue con fines comerciales  a partir de 1803, con la exoneración del impuesto del diezmo y la alcabala por un período de 10 años a toda persona que sembrara en el reino de Guatemala.

En el caso de El Salvador, fue en 1840 con la llegada del inmigrante brasileño Antonio Coelho, que estimuló la producción de café en su hacienda “La Esperanza”, ubicada en las afueras de San Salvador.

Otras fuentes manifiestan que el café se introdujo a El Salvador en el año de 1846, por el Presidente Eugenio Aguilar.  Este dato es el más reconocido, ya que estimuló la producción de café con acuerdos proteccionistas para que cultivasen el nuevo producto que contrarrestará los efectos de la caída de la exportación del añil. Esto se debió a la aparición de los colorantes artificiales en Alemania, China y otras zonas asiáticas.

El ingreso del café a El Salvador no fue por casualidad. Existen varios motivos por la cual se dio, entre los que se destacan:

La industria añilera, que era el principal producto agrícola de exportación, mostraba signos de agotamiento, debido a la guerra civil interna en los Estados Unidos; esta guerra hizo que los Estados Unidos bajara el valor y el volumen de las exportaciones añileras de El Salvador.

Los comerciantes europeos aumentaron sus compras de añil proveniente de Asia.

El aparecimiento de los productos químicos. Su aparición sustituyó al añil. Esto hizo que la demanda de añil se redujera drásticamente como producto de exportación.

El cultivo del café ya se venía dando desde varias décadas anteriores, por lo que al dejar de cultivar el añil, aumentó un avance del cultivo del café.

Poco a poco el café fue reemplazando al cultivo del añil, lo que implicó cambios drásticos en las clases oligárquicas terratenientes de la época, como se manifiesta en la expresión que A. White:

“Cierto número de familias cuya riqueza se había basado en el añil se opacaron, mientras que otras que tempranamente vieron la oportunidad presentada por el café ocuparon sus puestos. Estas provinieron principalmente de las filas de los inmigrantes extranjeros y las clases medias urbanas, no de orígenes rurales. Surgió así la Oligarquía de los cafetaleros que llegó a ejercer un control casi total sobre el país”

El Sr. Eduardo Cilindres  también nos manifiesta que el añil no era ya un producto económicamente rentable, por lo que se le buscaron sustitutos, “frutos de mayor esperanza”, es decir, productos agrícolas que pudiesen exportarse.

Es así como se formó la constitución y consolidación de un Estado-nación cafetalero, basado en la posesión de la propiedad privada de un pequeño grupo de terratenientes, que explotaban la fuerza de trabajo de las mayorías y usaban el poder político para realizar un tipo de Nación que les beneficiara.

En la década de 1840, algunas propiedades del Estado habían sido dadas en calidad de “propiedad privada” par el cultivo del café.

Nuevamente el Sr. Eduardo Colindres señala que a partir de 1958, el criterio para que una tierra comunal fuese otorgada era que fuese cultivada en sus 2/3 partes de café; en caso contrario, regresaba al Estado. Las municipalidades debían dar árboles de café a sus ciudadanos para que los cultivases. Un decreto de 1846 daba un tratamiento especial a quien cultivase café otro “fruto de mayor esperanza”, así, aquel que tuviese 5000 árboles de cafeto, no pagaba impuestos municipales durante 10 años, ni impuesto de exportación durante los 7 primeros años y sus trabajadores se encontraban exentos del servicio militar.

El General Gerardo Barrios transfirió haciendas públicas para el cultivo del café, en 1859. Para tal fin, dictó una serie de medidas como: declarar como propiedad privada los terrrenos baldíos que durante cinco años fueran cultivados de café, devolver a los contribuyentes cincuenta centavos por quintal (de lo que había sido cobrado sobre las exportaciones de café y hierro). Para tener derecho a esa devolución sobre el hierro, tenía que ocuparse éste en la fabricación de carretas. Todo esto provocó la avaricia por las tierras ejidales y comunales en 1864, tanto de europeos como de norteamericanos. Estos últimos se ubicaron en el municipio de Zaragoza, al sur de San Salvador, donde “se ofrecían sitios regalados a todas aquellas personas honorables y trabajadoras interesadas en cultivas azúcar o café”.

 

CAPÍTULO II


PRESIDENTE ZALDÍVAR Y LA REFORMA DEL ESTADO SALVADOREÑO


Se dice que en la década de 1870, el café tuvo un gran impulso en su cultivo. Esto generó una reestructuración agraria, transformando la forma de la tenencia de la tierra. Más de cuarenta pueblos regularon el uso de los ejidos entre 1878 y 1880.

Para que la producción de café se obtenga, pasa por un período largo de crecimiento, por eso se tenía la necesidad de una seguridad en la posesión de la tierra para hacer la inversión. Como en su momento la mayor parte de la tierra era comunal, era necesario crear decretos para suprimir la forma de tenencia y posesión de la tierra salvadoreña.

En 1881, el Presidente Dr. Rafael Zaldívar (1876-1885)  publicó varias leyes destinadas a despojar a los indígenas de las tierras comunales y ejidales. Según su investigación que realizó, en 1879,  sobre el desarrollo de la agricultura, arrojó como resultado la necesidad de reformar ya que  era “un sistema arcaico e ineficaz en el uso de la tierra”.

Rafael Zaldívar manifestaba que “la existencia de tierras bajo la propiedad de las comunidades, impide el desarrollo agrícola, estorba la circulación de la riqueza y debilita los lazos familiares y la independencia del individuo.”

Razones por las cuales el 26 de febrero de 1881 se crearon decretos de expropiaron tierras comunales y ejidos, con el fin de estimular la expansión del cultivo del café a través de la propiedad de la tierra. Estos decretos facilitaron la obtención de tierras a los cafetaleros.

Sin embargo no todos los gobernantes estuvieron de acuerdo con la abolición de estas tierras ejidales y comunales. Algunos de ellos fueron el de San Salvador y Ahuachapán. Este último no sólo hizo caso omiso sino que además siguió conservando y ampliando las tierras comunes, como si ignorara la abolición legal, según se manifiesta:

“Asimismo, emitió juicios sobre límites de las posesiones comunales que pertenecían a Jujutla, Guaymango y Ataco y prohibió la venta de cualquier terreno que pertenecía a Apaneca pese a la privatización de una de las zonas que debido a la extensión de las tierras comunales, fue de las más afectadas”

La Iglesia Católica no quedó exenta de estas reformas. Los bienes eclesiásticos que se poseían fueron reestructurados, aunque fueron pocos dichos bienes.

El Estado creó leyes para garantizar la mano de obra en las fincas, creando para ello la Ley de Jornalero y Jueces Agrícolas (con esta Ley se evitaba que los campesinos emigraran a las ciudades o fuesen a trabajar en las plantaciones bananeras en Honduras. Servía para reclutar, controlar y garantizar que la mano de obra no escapara de la región). Estas leyes establecían la obligatoriedad del trabajo y la posibilidad de que los caficultores obtuviesen la mano de obra disponible en las distintas etapas del desarrollo del cultivo del café: siembra, poda, limpia, recolección y pepena.

Los terratenientes trataron de extender sus propiedades lo más posible aprovechando que cualquiera podía reclamar libremente la tierra común como propiedad. Estas pasaron a ser legales desde la creación del Registro de Propiedad Raíz e Hipotecas, en 1884.

Las comunidades indígenas que lucharon por sus ejidos fueron obligadas a defenderse en los tribunales, a tal grado que vendían sus tierras para poder costear los gastos del litigio, aprovechándose los grupos de clase media y extranjeros para la compra de tierras.

Los campesinos pobres o sin tierra ganaban un salario por tareas de trabajo en fincas y haciendas ajenas. Algunos de ellos recibían, en la hacienda, la comida y un pequeño salario que era pagado en fichas, las cuales sólo eran cambiables en la tienda de la finca, que para colmo de males, era la tienda del dueño de la finca.

Los dueños de las fincas necesitaban emplear a un gran número de trabajadores para la producción y recolección del grano de oro. Santa Ana, Sonsonete y Ahuachapán  es una de las zonas primeras de la producción del café. Para esa época y todavía a mediados del siglo XX, muchas personas viajaban desde el interior del país, otros departamentos y países visitaban Santa Ana con el fin de ir a la recolección del grano de café. Posteriormente se establece el cultivo del café en los Departamentos de la Libertad y San Vicente, así como también  en la cordillera del Volcán Chaparrastique. Más adelante, se incentiva el cultivo en Usulután, Santiago de María, Tecapán y Jucuapa. En San Vicente, todos sus pueblos tenían viveros de café, excepto Santa Clara.

La pregunta que se hace es: ¿Y los bosques vírgenes? La respuesta la tiene el Alcalde de Sonsonate que expresó:

“sería muy beneficioso reglamentar los comunes, obligándolos a tener un administrador, un tesorero, para el mejor manejo de sus intereses… así se harían más productibles las selvas vírgenes, abundantes en buenas maderas, vainilla, pita flojo, jengibre, bálsamo.”

Los cambios en la forma de la tenencia de la tierra, favoreció a un pequeño grupo que tenía el control del Estado, entre ellos se mencionan a los Presidentes de la República productores de café: Dueñas, Regalado, Escalón, Figueroa, Orellana, Menéndez, Alfaro, Palomo, etc.

Por estos motivos, se entiende la sucesión de Constituciones Políticas tan rápido, como la de 1871, 1872, 1880, 1883 y 1886. Todo era para legitimar la nueva forma de tenencia de la tierra y la estructuración de la nueva sociedad.

Así nace la nueva Oligarquía Cafetalera de El Salvador. Este grupo oligárquico había conseguido establecer su dominio total, amparado en la Constitución Política de 1886, que duró más de cincuenta años.

 

 

CAPÍTULO III


CACIQUISMO CAFETALERO


Caciquismo Cafetalero es un régimen cuya base es predominantemente agraria, y fundamentado en un poder fuerte organizado piramidalmente, con una restringida oligarquía de hombres influyentes a nivel nacional en la cúspide, conectados conscientemente mediante vínculos sociales formales e informales con los cacicatos locales.

Este grupo estaba formado por los principales inversionistas y comerciantes. Muchos de ellos descendían de los hacendados y comerciantes que habían acumulado capitales y otros recursos mediante la producción del añil.

Algunas familias campesinas, mínimas, a través de los años fueron enriqueciéndose hasta convertirse en terratenientes, propietarios de fincas y comerciantes. Ellos también fueron parte de la oligarquía cafetalera; pero, como provenían de los estratos económicos bajos, no ejercían gran influencia en la política económica del Estado. Esa era tarea de la élite oligárquica cafetalera.

Los productores de café buscaban afanosamente obtener el poder político del país, para impulsar las políticas económicas que les permitieran obtener mejores ventajas. El caciquismo cafetalero se constituye en un grupo de poder, actuando arbitrariamente, utilizando los mecanismos del Estado para beneficio personal y para sus integrantes del grupo social, controlando la mayor parte de la riqueza del país.

Este pequeño grupo se benefició y enriqueció durante este período, ya que participaron en la expansión de los productos de exportación: el café y el azúcar.

A este pequeño grupo se les unió los inmigrantes europeos, que arribaron al país entre los años de 1869 y 1872. Estos pretendían acrecentar sus fortunas. Vinieron a invertir sus capitales en la producción, el financiamiento y la exportación del café. Llegaron a ser partícipes del poder económico de la época.

Es así como la sociedad salvadoreña estuvo en manos de la clase dominante, de aquellos cuyas actividades económicas provenían del cultivo, producción y exportación del café.

Una forma más rápida de enriquecerse fue la prestación de dinero que hacían a los pequeños caficultores. Prestaban dinero a cambio de que el pequeño agricultor se comprometiera a entregar su cosecha. Esto quiere decir que las deudas contraídas para la producción, no se pagaría en efectivo sino en especie (Café), cuyo precio era determinado por la oligarquía cafetalera. Por lo que su precio siempre era menor al precio que manejaba el mercado internacional.

Cuando un pequeño caficultor no podía pagar la deuda, el acreedor oligarca le embargaba o se posesionaba de sus tierras, las vendía o se apropiaba para recobrar su inversión. Esta forma permitió que el gran oligarca cafetalero fuese acumulando mayores extensiones de tierra para el cultivo y producción del café.

Los pequeños y medianos productores de café solicitaban al gobierno o grupo oligarca cafetalero, cambios en el sistema de financiamiento del café. Lucharon por la creación de un banco del Estado que les pudiese prestar dinero a una tasa de interés mucho más baja que la de los usureros oligarcas cafetaleros. Es hasta en 1934 que vieron sus sueños realizados con la creación del BANCO HIPOTECARIO, por el entonces Presidente de la República General Maximiliano Hernández Martínez.

 

CAPÍTULO IV

LA CAFICULTURA SALVADOREÑA EN LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA


El período de esplendor del café, época en que su preció se elevó grandemente fue cuando estaba el Presidente General Gerardo Barrios (1858, 1861, 1863).  En este período se impuso como el producto de mayor exportación. Coincide con la aparición de los colorantes artificiales. He allí el inicio de su declinación como el principal producto generador de divisas y como producto agrícola de exportación.

A pesar de que la caficultora en nuestro país data desde el Siglo XVIII, su modernización se inició en la década de los años cincuenta. Los caficultores comenzaron a sustituir la variedad del café arábigo por el café Borbón, a usar fertilizantes químicos, a manejar la sombra de cafetales en diferentes formas, a usar nuevo sistema de poda, a iniciar prácticas antierosivas y a elevar la cantidad de cafetos en unos 1000 por manzana.

En la década de los años cincuenta, El Salvador vivió un auge económico; el precio internacional del café se cotizaba en 1955 en $70.90, que representaba un incremento del 217% con relación a los cotizados a 1946 y de 674% con relación a los de 1940. Fortaleciéndose aún más la economía salvadoreña. A esta década se le llamó “Década de Oro”.

En la década de los años sesenta, la población de cafetales se elevó a un promedio de 2000 arbolitos de cafeto por manzana. Si a esto le agregamos el uso intensivo de fertilizantes, entonces se dice que aumentó la productividad, contribuyendo a que la rentabilidad se mantuviese a pesar del descenso en los precios del producto.

La estabilidad política social que el país gozó durante esa década y la rentabilidad que producía el café, fueron factores determinantes en la industrialización del país en ese período, manteniéndose la economía salvadoreña del principal producto de exportación agrícola. Esto favoreció para que 14 familias oligárquicas predominaran durante el siglo XX (hoy ocho grupos empresariales).

Una de las sociedades exportadoras de café fue la Sociedad Comercial Exportadora (COEX), quien se fundó el 23 de junio de 1975, iniciando sus operaciones en el Beneficio de El Trapiche de Santa Ana. Sus primeras exportaciones alcanzaron los 25000 quintales oro que provenían de 20 clientes productores de café. Ha llegado a exportar más de 325000 quintales oro de café, el cual es entregado por más de 2300 clientes. Incrementó la capacidad de procesamiento al adquirir el Beneficio San Miguel, en Ahuachapán, en el año 1979.

En 1995, COEX entró al mercado de café molido con su marca comercial “COEX CAFÉ”. Para el año 1998 su volumen de ventas sobrepasó el millón de libras,

A la fecha, las actividades de COEX continúan gracias a la solvencia, solidez financiera y el orden de sus operaciones. El éxito radica en gran parte en la mística de trabajo y profesionalismo.

Su oficina principal se encuentra ubicada en San Salvador y sus agencias en Santa Ana, Ahuachapán y Chinameca. Poseyendo recibideros de café en puntos estratégicos de El Salvador.

En 1979 – 1980 se dieron reformas al comercio exterior, la estatización de la banca y la reforma agraria. Esto frenó la comercialización del café, pasó de ser una actividad privada nacional. Asimismo, la tenencia de la tierra sufrió reformas, perdiéndose parte de las tierras que estaban en manos de la oligarquía cafetalera.

En 1989 con el ingreso del partido ARENA, se privatizó nuevamente la comercialización del café.

En 1998, la caficultura de El Salvador se extiende sobre un área de 231,751 manzanas, que representa el 8% del territorio nacional. Las grandes áreas cafetaleras se encuentran ubicadas al sur de la Carretera Panamericana, formando 3 grandes grupos: uno en el Occidente, otro en el Centro y el tercero en el Oriente del país; otras pequeñas áreas se encuentran al norte, según datos proporcionados por PROCAFE.

Estas áreas se extienden sobre la Cadena Costera y en la banda interior, dominada por los volcanes de El Salvador.

Se distinguen tres zonas climáticas:

Estrictamente altura: 1200 a 1600 metros sobre el nivel del mar

Media altura: 800 a 1200 metros sobre el nivel del mar y

Central estándar o bajío: 400 a 800 metros sobre el nivel del mar.

Actualmente, El Salvador, ha dejado de ser el país cafetalero “la República Cafetalera”, dado que ya no es una prioridad el cultivo,  producción y exportación de café. Ha dado un giro. Las fincas que una vez fueron de abundante cosecha, hoy se convierten en zonas residenciales, urbanizadas y notificaciones. Esto conlleva a problemas medioambientales, alteración del clima, desaparición de especies animales y vegetales, menos filtración de agua en el subsuelo, etc. Se está cambiando el área verde por el área asfaltada y encementada. 

La parte política tiene su cuota de participación para el deterioro de este rubro:

“Uno de los sectores que más resiente el freno fiscal que Daboub puso a las iniciativas estatales es el cafetalero. Según los productores, no solo dilató el reacomodo de los plazos del mecanismo conocido como Ficafé, sino que retiró el apoyo del gobierno al otrora Comisionado Presidencial para las negociaciones Internacionales del Café, Herbert de Sola, lo que motivó la renuncia del funcionario”.

 

CAPÍTULO V


DESARROLLO DE LOS PUEBLOS POR EL CULTIVO DEL CAFÉ


Debido al cultivo, producción y exportación del café, el país experimento ciertos avances en varias áreas. Entre éstas destacan:

Infraestructura: Hospital Rosales, Teatro Nacional, Teatro de Santa Ana, obras de saneamiento (acueductos y alcantarillados), sistema eléctrico, se asfaltaron las calles principales de San Salvador, construcción del “Puente de Oro” sobre el río Lempa, se termina de construir el ferrocarril que une a San Salvador con las ciudades de Santa Ana, Sonsonete, Ahuachapán y Acajutla.

A la sociedad salvadoreña se le ofrece: Acceso a la educación, campañas de vacunación, uso de automóviles, camiones y autobuses, se mejoró el sistema de transporte, se reemplazó las carreteras por tranvías de tracción animal y tracción eléctrica.

Inversión extranjera: Inversión de sus capitales en la producción, financiamiento y exportación del café (como fuente de acrecentar sus fortunas).

Instituciones de apoyo al café: Banco Hipotecario, la Compañía Salvadoreña del Café, el Departamento Nacional del Café, la Asociación Cafetalera de El Salvador, la Federación de Cajas de Crédito y el Banco Central de Reserva.

Medidas económicas: Establecer el tipo de cambio de ¢ 2.50 por $ 1.00, se emite la ley monetaria, se firman acuerdos comerciales como el Convenio Interamericano del Café.


 

CONCLUSIÓN


El Salvador es llamado como la República Cafetalera debido al cultivo agrícola que inició en el siglo XIX.  Muchos presidentes impulsaron el cultivo por los beneficios económicos que le dejaban a las arcas del Estado.

El dominio de la tierra para su cultivo ha pasado por etapas, desde tierras ejidales y comunales hasta la privatización. En los años 1980 se realizó la Reforma Agraria para regular la tenencia de la tierra y en la Constitución de 1983 se establece la cantidad de hectárea que un salvadoreño puede llegar a poseer. Esto para evitar que los grupos oligárquicos vuelvan a ser los que dominen y se adueñen de la mayor parte del territorio salvadoreño.

La Oligarquía Cafetalera estaba formada por aquellos terratenientes, trabajadores de clase media y extranjeros europeos y norteamericanos,  que invirtieron su capital en la adquisición de tierras par el cultivo del café y que ejercen el control total del poder político y económico de El Salvador.

Los desaciertos han sido grandes. Dejar las tierras comunales y ejidales para convertirse en un país de propietarios, ha sido uno de los más convulsionados, a tal grado que representa una de las causas latentes para el inicio de la guerra civil de los años 1980  - 1991.

Los beneficios para la sociedad salvadoreña se manifiestan en la infraestructura, atención a la población, facilidad de inversión extranjera, creación de instituciones de apoyo al café y el desarrollo de políticas económicas.

 

APRENDIZAJES


Establecer el origen del cultivo del café. Desde la época colonial del Reino de Guatemala y el tiempo específico de ingreso a El Salvador.

Determinar las causas que generaron el cultivo del café.

Indagación sobre los decretos de 1881 sobre la abolición de tierras comunales y ejidales, por el Presidente Dr. Rafael Zaldívar, sus puntos de vista a favor y en contra.

Reconocer a la Oligarquía Cafetalera, como el grupo dominante política y económicamente del siglo XIX.

Establecer la época de esplendor del comercio del café. Época del General Gerardo Barrios.

Los cambios que ha sufrido el cultivo y comercialización del café en la época contemporánea hasta llegar a su final, que está muy próximo.

El desarrollo de los pueblos, gracias a las divisas generadas por la exportación del “Grano de Oro”


 

BIBLIOGRAFÍA


COLINDRES, E., “Períodos de la historia económica de El Salvador” en ECA Nº 329 (1976)

LUNA, J. A., Estudios Sociales y Cívica, Segundo Año de Bachillerato, Colección El Nuevo Ciudadano, San Salvador 1996, 244 páginas.

MINED. Programa de Estudios Sociales y Cívica, Segundo Año de Bachillerato, El Salvador, 1998.

MINED. Historia de El Salvador, Tomo I y II, San Salvador, 1994

MORENO HERNÁNDEZ, G. Cómo Investigar, Técnicas documental y de Campo, Primera Edición, México 1997, 278 páginas.

OLIVA, J. A. Y SAMOUR, H, J., Estudios Sociales y Cívica, Primer Año de Bachillerato.  Primera Edición, Ediciones Servicios Educativos, 1999. 245 páginas.

OLIVA, J. A. Y SAMOUR, H, J., Estudios Sociales y Cívica, Segundo Año de Bachillerato.  Primera Edición, Ediciones Servicios Educativos, 1999. 2004 páginas.

ZACARÍAS ORTEZ, E., Estudios Sociales y Cívica II, Colección Textos, Editorial Clásicos Roxsil,  Santa Tecla, 1999, 256 páginas.

 

Páginas web consultadas:


http://www.elfaro.net/secciones/noticias/20030428/noticias3_20030428.asp

http://html.rincondelvago.com/oligarquia-cafetalera-en-santa-tecla-y-santa-ana.html

http://www.monografias.com/trabajos43/cultivo-cafe-salvador/cultivo-cafe-salvador2.shtml

http://www.diss.fu-berlin.de/2002/193/kap2.pdf

 

ANEXOS

Listado de los terratenientes más importantes de El Salvador

que formaron “las catorce familias”.

 

 

Autor:

Sergio Felipe Urrutia Vásquez

sergiourrutia@hotmail.com

ASIGNATURA:

HISTORIA DE EL SALVADOR

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE OCCIDENTE (UNICO)

Santa Ana, El Salvador, C. A.

Facultad de Ciencias y Humanidades

Licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Educación Básica

Santa Ana, 24 de abril de 2008

Cfr. A. White 1983: 87

Cfr. Colindres, Eduardo, “Períodos de la historia económica de El Salvador” en ECA Nº 329 (1976) págs. 99-101.

Cfr. Sara Gordon. Crisis política y guerra en El Salvador. S. XXI. Instituto de Investigaciones Sociales. UNAM. 1988. Pág. 18.

Cfr. N. Mariscal, 1979

FAMILIA OLIGARCA

EXTENSIÓN DE LA PROPIEDAD

(EN MANZANAS)

Dueñas

32520

Guirola

28403

Sol

15830

Daglio

11711

Samayoa

9011

Giannmattei

8074

Salaverría

8136

Borgonovo

7000

Gutiérrez

6999

Cristiani

6365

Weight

5900

Deinninger

5720

Orellana

5372

Umaña

5329

Regalado

5184

Sol Mollet

4264

Romero Bosque

4100

Duke

4056

Hernández

3738

Meardi

3678

Rengifo

3440

Morán

3374

Jerez

3368

Saca

2845

Dalton

2755

Bendiz

2312

Meza Ayau

1774

Muyshondt

1408

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